lunes, 8 de julio de 2019

CHIRINGUITOS (I)


CHIRINGUITOS (I)

Mediodía, tu grupo de amigos, el ruido de las olas, cremita en el cuerpo, música de fondo, unas bravas, unas cervezas fresquitas y una paella encargada para comer... Sí amigos, estamos en un churinguito! ¿Hay algo mejor?




El chiri, el quiosco playero, la taberna de verano, la caseta de la playa, la terraza del paseo marítimo o el chiringuito, son muchos los nombres que utilizamos para denominar al paraíso playero. Ese rincón al lado del mar en el que arreglamos el mundo, dirigimos a nuestro equipo de fútbol, brindamos, reímos, cantamos y nos olvidamos por unas horas de la rutina diaria en compañía de amigos y donde nos gustaría quedarnos a vivir el resto del año.




Los chiringuitos, benditos oasis repartidos por todas nuestras playas, cómplices de nuestros mejores momentos estivales y guardianes absolutos de la adorada cerveza.




Muchos años han pasado desde aquel primer local instalado en la costa del litoral catalán. Fue en 1913 cuando se inauguró en las playas de Sitges el "Kiosket", un local especial en el que los pescadores y los vecinos más madrugadores se encontraban y disfrutaban de un vino acompañados del olor de los espetos recién asados antes de que el Dios sol empezase a castigar la curtida piel de los trabajadores del mar.




Fue a mediados de los años cuarenta cuando César González Ruano, ilustre escritor de origen sudamericano y por aquel entonces colaborador de La Vanguardia, sugirió al dueño del "Kiosket" que cambiara el nombre del establecimiento por el de "chiringuito", término que el escritor utilizaba frecuentemente en sus escritos para referirse al local en el que se inspiraba y que le recordaba al café que se servía en su tierra que se llamaba "chiringo". Tal fue la fama de ese apelativo que el dueño del local acabó por adoptar el término rebautizado a su negocio como "El Chiringuito"




Muchos años han pasado ya, y muchos locales se han abierto a lo largo  y ancho de nuestras costas, pero todos conservan la esencia del primero. Ya sea en la arena o en el paseo marítimo, de cubierto y mantel o de bocata y servilletero, de gastada madera con olor a mar  o de moderno azulejo aromatizado con inciensos, todos nos ofrecen un lugar donde resguardarnos del sol, y disfrutar de una cerveza en compañía de nuestros amigos y familiares que, en el fondo, es lo que queremos y lo que nos gusta.

No podemos hablar de los chiringuitos si hablar de su producto estrella, el "tinto de verano". Sí amigos, antes de nuestra querida y venerada cerveza en los chiringuitos se servía el refrescante y chisposo tinto de verano.




El Tinto de verano era una mezcla de la popular gaseosa Sanitex, vino, hielo y una rodaja de limón. Lo que ahora se considera el hermano pobre de la sangría era la bebida por excelencia de las costas españolas.



Mejillones, ensaladas, croquetas, gambas, "pescaito frito", calamares, bravas, aceitunas, boquerones, almejas, coquinas, chanquetes, y mil manjares mas casi todos relacionados con el mar son los que podemos disfrutar acompañados de una cerveza bien fría, un tinto de verano o un refresco con hielo.





¿Verdad que os entran ganas de ir a pasar el día a la playa y disfrutar de los amigos brindando en el chiringuito? Pues venga, nos vemos allí!